Cuando apenas llevábamos unas semanas de ensayos, nos llegó la primera buena noticia: uno de mis monólogos había sido seleccionado para la semifinal del I Certamen Nacional de Monólogos de Puertollano. De casi 40 monólogos, solo 12 pasamos. Había escrito dos, y tenía claro que si alguno era escogido, quería que fuese representado por uno de mis actores. En este caso le tocó a Javi. La cita fue el Domingo 5 de Junio. Después de una semana frenética de ensayos todos los días, de nervios previos a la actuación y de ilusiones compartidas, nos dispusimos a darlo todo en la última semifinal. Javi, como os digo, fue el encargado de la difícil tarea de contar un monólogo al público. Los dos eramos novatos. Él en hacerlo y yo en escribirlo, y sin embargo, nos lanzamos a la aventura. El título: "Bajar la basura (y otros asuntos domésticos)", una odisea que narra en clave irónica la aventura que puede ser el bajar la basura. Nos tocó salir los primeros, y Javi lo prefería para soltarlo y quedarse tranquilo. Yo no estaba tan seguro. Los primeros tienen que luchar contra un público todavía frío. Javi se atascó un poco al principio, pero luego supo crecerse con agallas y lo hizo bastante bien.
No pasamos a la final. Nosotros eramos conscientes de nuestra falta de experiencia y de las tablas que tenían el resto de monologuistas. Al ver el video de nuestra actuación, me di cuenta que era muy lento, le faltaba ritmo y estaba demasiado teatralizado. Por ello, la semana siguiente trabajamos a tope para dinamizarlo, quitarle algunas cosas que vimos que no cuajaban demasiado y añadir otras que molasen más. El curro mereció la pena y estábamos satisfechos. Yo sabía que no teníamos opciones de ganar, pero quería ser finalista por lo menos para tener la opción de actuar de nuevo y mostrar el monólogo mejorado. Pero nada. Estuvimos en la gala, muy bien montada y organizada, todo hay que decirlo, y hay que felicitar a los chicos de SPAM. Poco a poco vimos como fueron saliendo los finalistas y no estábamos entre ellos. Mi decepción fue que lo consiguiera gente que en mi opinión no se lo merecía, porque el monólogo no lo valía y porque tuvieron menos votos en internet que nosotros. Pero C´est la vie... Nos quedamos sin duda con la ilusión que le pusimos en cada momento, con la emoción de haber sido semifinalistas y haber formado parte del concurso y la gala, de haber conocido a Millán de Martes y 13 (mi referente en esto del humor) y Dani Rovira, y de haber acabado la noche tomando una cerveza con nuestra gente. Eso es lo que verdaderamente importa. Ha sido una posibilidad más de aprender y crecer.
Ya sabes, hay humores inteligentes que no se entienden... Sois triunfadores de mérito!!
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